domingo, 27 de diciembre de 2015

DISCRIMINACIÓN E INCLUSIÓN SOCIAL


Para poder ofrecer una buena educación, sin que haya ningún tipo de discriminación, hay que dirigirse hacia un enfoque que considere la diversidad de las necesidades y capacidades de las personas, favoreciendo de este modo un acceso total, terminar los estudios y que haya logros en los aprendizajes de todos, con una especial atención a aquellas personas que se encuentren en una situación o riesgo de exclusión.


¿Inclusión o integración?

En los movimientos sociales, inclusión e integración representan filosofías diferentes, aunque tengan objetivos aparentemente iguales.

Como bien indica Alemañy Martínez, C. (2009), la escuela inclusiva se edifica sobre la participación y los acuerdos que se crean entre todos los agentes educativos de esa escuela. Se considera el proceso de aprendizaje del alumnado como la consecuencia de su inclusión en el centro escolar. 
Tiene como objetivo superar las barreras con las que algunos alumnos y alumnas se encuentran durante todo su paso por la escuela.
"Con una escuela inclusiva se trata de lograr el reconocimiento del derecho que todos tienen tanto a ser reconocidos, como a reconocerse a sí mismos como miembros de la comunidad educativa, cualquiera que sea su medio social, su cultura de origen, su ideología, el sexo, la etnia o situaciones personales derivadas de una discapacidad física, intelectual, sensorial o de la sobredotación intelectual".

En esta escuela los conflictos se transforman en una oportunidad para el desarrollo personal y social, porque permite el acercamiento entre los agentes en conflicto y el desarrollo de su aprendizaje.


Alemañy Martínez, C. (2009). Diferencias entre escuela integradora e inclusiva.


Con las imágenes que muestro a continuación queda bastante claro la diferencia entre ambos conceptos.





Proyecto Roma

Un buen ejemplo de atención a la diversidad sería el Proyecto Roma, como cuenta Aguirre, A., A., et al (2010), este proyecto fue impulsado y dirigido por el profesor Miguel López Melero, de la Universidad de Málaga, Nació de un proyecto conjunto de las universidades de Málaga y Roma. para atender a alumnado con síndrome de Down. En la actualidad, se utiliza para atender la diversidad en general y está en marcha en diversos contextos educativos: que se dan desde infantil, hasta la universidad.
La premisa básica del Proyecto Roma es que todo el alumnado puede progresar en su aprendizaje, tiene competencias para ello y nuestra labor como docentes es ofrecerles las estrategias necesarias para que se haga realidad, a través de un aprendizaje cooperativo y solidario, en lugar de individual y competitivo.

Tal como se habla en cursos Femxa (2014), el proyecto Roma es un proyecto de educación inclusiva, cuyas bases pedagógicas recogen las ideas de Habermas, Dewey, Bruner, Vigotsky, Freire, Luria y Freinet, entre otros.
Los niños y niñas son conscientes de su propio proceso de aprendizaje a través de la reflexión y la autocorrección, construyen sus criterios y puntos de vista, fortaleciendo sus competencias para llevar a cabo juicios correctos y respetando a los demás. El aula se transforma en un lugar, no sólo donde pueden adquirir conocimientos, sino también donde pueden descubrirlos de manera compartida con los demás.

También cobran especial relevancia los valores como principio básico de la enseñanza, con una frase que significa mucho: los valores no se enseñan, se viven. Con esto se busca, no sólo que los alumnos sean personas cultas, sino también buenas personas que formen parte de una ciudadanía demócrata y libre.


A modo de conclusión me gustaría hacer una pequeña referencia a un pequeño texto de De García Marianella, N. (2010), donde señala que una educación para la convivencia participativa nos abre una esperanza en la construcción de un proyecto nuevo en nuestra sociedad, donde el pluralismo, la tolerancia, la libertad y la cooperación son los valores que definen las relaciones entre las familias y el profesorado, entre los alumnos y los profesores, y entre los profesores y la comunidad educativa, donde el reconocimiento de la diversidad humana esté garantizado como un elemento de valor y no como una lacra social.


Referencias bibliográficas

- Aguirre, A., A., Oliva García, E., Sánchez Coronado, J. (2010). El proyecto Roma: inclusión en un centro de secundaria. Recuperado de: http://cefire.edu.gva.es/pluginfile.php/205511/mod_resource/content/0/Projecte_Roma/articuloRoma1Grao.pdf

Alemañy Martínez, C. (2009). Cuadernos de educación y desarrollo. Recuperado de: http://www.eumed.net/rev/ced/02/cam5.htm

- Cursos Femxa (10 de marzo de 2014). La escuela inclusiva: Proyecto Roma. [Post en un blog]. Recuperado de: http://www.cursosfemxa.es/blog/la-escuela-inclusiva-proyecto-roma/

- De García Marianella, N. (2010). La diversidad y la inclusión escolar. Recuperado de: http://es.slideshare.net/marianellanieto/la-diversidad-y-la-inclusion-escolar

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